Científicos australianos han llegado con una nueva tecnología que puede limpiar el cerebro de placas neurotóxicas, que se consideran responsables de la destrucción de la memoria y el deterioro de la función cognitiva que afecta a víctimas de Alzheimer.
En general, cuando una persona tiene la enfermedad de Alzheimer, es porque hay una acumulación de dos tipos de lesiones denominadas placas amiloides y los ovillos neurofibrilares, que son dos anomalías cerebrales.
Las placas amiloideas son acumulaciones pegajosas que se acumulan fuera de las células nerviosas o de las neuronas. En un cerebro sano, estos fragmentos generalmente se dividen y luego son eliminadas. En los pacientes de Alzheimer, los fragmentos se acumulan para formar una placa dura e insoluble.
Los ovillos neurofibrilares se encuentran dentro de las células del cerebro, y son causadas por proteínas defectuosas que se aglutinan arriba en la placa gruesa e insoluble que no pueden ser eliminados de forma natural. Esto interrumpe el transporte de nutrientes y orgánulos esenciales que son tóxicos para el cerebro.
De las cuentas de Alzheimer aproximadamente hay 60% a 70% de todos los casos de demencia y efectos más de 5 millones de personas en Estados Unidos solamente. Un equipo de científicos de Queensland Brain Institute, de la Universidad de Queensland, sin embargo, ha llegado con una solución potencial que está dando una nueva esperanza para lo que ha sido una enfermedad muy difícil de alcanzar.
El equipo describe su técnica como el uso de un tipo particular de ultrasonido no invasivo, que envía ondas de sonido al tejido cerebral. Estas ondas de sonido son capaces de abrir suavemente la barrera sangre-cerebro, una capa que protege al cerebro contra las bacterias dañinas, y activan las células microgliales para restaurar la salud.
Hasta ahora, el tratamiento sólo se ha utilizado en los ratones (es estándar) que han mostrado resultados muy positivos. Los ratones tratados muestran un mejor rendimiento en tareas de memoria, que ponen a prueba a los ratones para reconocer nuevos objetos y conseguir que utilicen su memoria. El 75% de los ratones había restaurado completamente su función de memoria.
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